Modelo España

Aunque sea lamentable reconocerlo, hay que admitir que la XXIII Cumbre Iberoamericana ha sido un fracaso. La mitad de los mandatarios de los países convocados no acudió a la reunión. La lista de estos ausentes impresiona: fueron los representantes de Brasil, Guatemala, Uruguay, Chile, Argentina, Nicaragua, Perú, Venezuela, Ecuador, Cuba y Bolivia. El vínculo de la lengua común no es suficiente. Hay que ofrecer una imagen de España que gane la voluntad, el afecto y la atención de las naciones del otro lado del Atlántico, en el centro y el sur de aquel continente. Ahora no damos ejemplo en lo que teníamos que darlo. La corrupción y el confusionismo son bien conocidos en Iberoamérica, y sólo un modo de ser y de gobernar conforme a las normas de la ética podrían movilizar a quienes, aquí y allá, caminan por senderos políticamente oscuros. No se trata sólo de organizar mejor esas cumbres, sino de presentar en ellas un modelo político que atraiga. De momento, el modo de reinar y de gobernar en España no es ese modelo.